Algo que probablemente no sabes es que la cantidad de bacterias y hongos que se pueden encontrar en un teclado de ordenador supera, con creces, a las que suele haber en el asiento de un inodoro.
Según varios estudios, la cantidad de microorganismos con la que podría estar infectado un teclado llegaría a superar las 30 mil unidades por centímetro cuadrado, superando en más de 260 veces las encontradas en un inodoro de uso normal, que no suele llegar a las 130 unidades. Además el número de hongos encontrados también supera de lejos lo saludablemente recomendado.
¿Por qué ocurre esto? Los teclados, tal y como describió el microbiólogo Peter Wilson, son un fiel reflejo de lo que hay en nuestra nariz, boca e intestinos, no sólo por las múltiples veces que se suele estornudar sobre él, sino que simplemente por el echo de hablar lo estamos rociando de pequeñas partículas de saliva. Además, en muchos casos se suele tener la mala costumbre de comer o beber sobre ellos con lo que acaban depositándose muchos restos sobre él, favoreciendo el crecimiento de bacterias. Otra razón es que pocas veces, por no decir ninguna, nos lavamos las manos antes de comenzar a teclear, con lo que los gérmenes que tenemos en ellas acaban depositados sobre él.
Pero, aun así, este no es el peor de los casos, el honor de ser el aparato más sucio de una casa recae en el mando a distancia de la tele. Esto se ve agravado cuando hablamos de los mandos a distancia de hoteles, hospitales u otros lugares públicos, en esos casos este dispositivo se convierte en una gigantesca fuente de gérmenes.
Y si todo esto no fuese ya de por sí lo suficientemente asqueroso, debemos indicar que en un 16% de los dispositivos móviles contienen restos de heces humanas y eso sin contar las tablets, las nuevas estrellas de la suciedad y la falta de higiene y el gadget favorito de quienes gustan de navegar por Internet mientras están en el baño.
Todo esto se evitaría manteniendo la costumbre de limpiar estos dispositivos habitualmente, en el caso de los teclados y mandos sacudiéndolos con frecuencia y limpiándolos con un paño humedecido en alcohol y en el caso de los dispositivos móviles usando un producto destinado a tal fin.
